¡Disfruta mucho más de ti!

Putas locas

Viendo cómo está el tema de malinterpretar las cosas por un momento he pensado si poner este título, pero… ¿Qué cojones?

Adelante.

Estaba como una puta cabra, pero eso era lo que tanto me llamaba. Estaba buena, de esas que quitan el hipo, de esas que con su imagen y su dulzura tapaban cualquier defecto, incluso los de otro. De esas que creen en lo que sienten y no en lo que ven, de las que destacan por todo aunque no las veas brillar en nada. Era de las que lo tenía todo y se conformaba con tenerme a mí, aunque eso implicara no tener nada. A veces pensaba que no era real, porque nadie había logrado entenderla, a veces pensaba que era producto de mi imaginación, porque sólo conmigo conectaba. Era de esas a las que no necesitaba follarme en la cristalera de una planta 20 con Madrid a nuestros pies para saber que ambos estábamos por encima del resto cuando estábamos juntos. No era un modelo rubia de acento ruso con dinero para comprar cualquier cosa menos sentimientos, pero era mi modelo y con eso me sobraba. Era de las de cuerpo perfecto, pechos apetecibles y curvas en las que perderse, pero también era de las que jamás pensará que tiene todo eso. Era de las que odian a los chulos, de las que para despejarse se van a la playa a escuchar las olas. Era de esas chicas que no han disfrutado la vida y que justo cuando iba a empezar a disfrutarla, me conoció a mí. De esas de las que no les paran de machacar y que aunque siempre pensara que era frágil, en realidad era la chica más dura que he conocido jamás. De esas que siempre han estado rotas y que no se pegarán jamás, de esas que viven rotas para poder ayudar a los demás. De esas pocas chicas que para divertirse no necesitan emborracharse, aunque lo haga para sentirse igual que el resto. De las que su única droga era yo, aunque eso implicara no poder tomar ninguna otra. Era de esas chicas con las que todo hombre pasaría el resto de su vida, con las que todos soñamos para formar una familia.
Pero tenía un fallo, ser especial le hizo ver que estaba destacando y decidió apagarse, para que nadie más la volviera a ver brillar.
Por eso sé que siempre será mía, porque esa chica desapareció para siempre a la vez que me apartó de su brillo.

Muchas veces no nos damos cuenta de que un trébol roto de dos hojas no es menos que uno de tres, sólo necesita encontrar a uno que también tenga dos hojas para juntos formar uno de cuatro, uno de esos que supuestamente atraen a la buena suerte.

Lo que olvidamos es que cuando nos separamos de ese otro trébol, volvemos a ser de dos hojas, volvemos a estar rotos.
No he olvidado, tengo demasiada buena memoria como para olvidarme de posiblemente mejor época de mi vida, porque aunque no fuese la mejor en el tema personal, el trebol de cuatro hojas hacía que todo fluyese como si así lo fuera.
No quiero olvidar, me he dado cuenta que no es necesario, basta con restar importancia, con darte cuenta de que nada, ni nadie es tan importante. ¿Y sabéis qué? Es la mejor sensación que un hombre como yo en este momento de mi vida puedo tener.
Estoy enamorado de alguien que ya no existe, y no es que quiera auto engañarme pensando que ese alguien ha cambiado porque así me es más fácil afrontar que ya no está conmigo. Ese alguien ya no existe y lo sé porque todo ha pasado tal y como yo sabía que iba a pasar. Sé el porqué de su última llamada, sé porqué la colgué, incluso sé qué tweet leyó. Si lo sé todo debería meterme a futurólogo, ¿verdad? Lo que también sé es que he perdido a esa persona en la que se ha convertido y lo peor de todo es que me da igual, porque sigo enamorado hasta la(s) tranca(s) de su otro yo, ese que se perdió en forma de coche rojo, de amigos de pega y de una familia que busca en ella lo que ellos jamás pudieron y podrán tener.
Ahora me diréis, ¿y qué coño me estás contando de que te encanta esa sensación de estar enamorado de alguien que ya ni siquiera existe para ti?
Ya viví algo parecido, estar enamorado de alguien que sabes que jamás en la vida vas a poder tener a tu lado, no tienes que esforzarte, no tienes cargo de conciencia por intentar hablar con ella porque no existe, pero tiene las ventajas que te da estar enamorado de alguien. ¿Sabéis cuáles son? Indiferencia, pasotismo, motivación.
Ahora todo me da igual, no tengo cariño por ninguna chica, no soy capaz de echar de menos a nadie, no pueden hacerme daño, ni siquiera pueden conocerme tanto como lo hizo ella y creedme que conseguir vivir así en una ciudad como Madrid con tantísimo tiempo libre es convertirte en lo más cercano a lo que el hombre conoce como un dios. Suena creíble, ¿verdad? Para colmo tengo una motivación constante de mejorar en todos los ámbitos de mi vida y por desgracia lo estoy consiguiendo, estoy consiguiendo todo lo que me propongo y eso me hace pensar que todo esto es demasiado fácil, eso me hace buscar fallos.
Todo tiene pegas y este cúmulo de “nuevas virtudes” que he adquirido hace que penséis que soy un gilipollas prepotente que va de listo, seguramente sea verdad, por suerte para mí os dais cuenta de ello después de echarme un polvo y os quito esa idea de la cabeza después de volver a quedar para echarme otro.
Al final todo se resume en sexo, ¿verdad? Supongo que es mejor que penséis eso, porque la mayoría de veces es así, he tenido épocas en las que follaba para poder pedir cariño, incluso épocas en las que daba cariño para poder follar. Ahora ni siquiera sé si quiero follar, pero me divierto más escuchando los gemidos de una mujer que agarrándomela yo mismo, llamadme loco.
No os voy a engañar, me aburre ya contar a quién me follo, pero necesitaba escribir esto antes de que se pierda entre los nidos de los pájaros que tengo en mi cabeza. Y qué coño, para esto tengo un puto blog, ¿no?

De momento os vais a quedar con las ganas de leer cómo me follo a una alemana de poco más de metro sesenta y de tetas tan grandes como mi cabeza, pero prefiero follar en la vida real, o patinar. ¿Qué sé yo? Me hago tanto el interesante que ya no sé si digo la verdad o es otro cuento.

–Hero

4 comentarios en «Putas locas»

  1. Que decirte. En cada entrada encuentro un poco de mi propia vida y es por eso que me encanta este blog porque parece una parte de mi. Me encanta que escribas y que no pares nunca. Y como dirias por ask eres A y soy A (las pelirrojas me pasas su numero eh xd).

    Y con las locas dejalas que luego se lo creen cuando les haces el minimo de caso.

    Responder

Deja un comentario