El morbo de lo prohibido.

Vivimos en un constante cambio, decisiones que involucran personas y personas que piden decisiones, eso es nuestro mundo, cambio y decisiones. Intentamos lanzarnos a lo que más nos conviene, a esa protección que todos buscamos. Porque al fin y al cabo todos tenemos un muro delante nuestro, unos más grande, otros más pequeño, pero todos queremos esconder al mundo cómo somos en realidad. Queremos ser especiales y ser especiales viene dado de qué decisión tomaremos en uno de esos momentos trascendentes que tienes en la vida, en los que tienes dos caminos para elegir y una vez elijas, no podrás volver atrás. Lo más fácil por eso, es no elegir, dejarte llevar y echarle luego la culpa al destino, ese del que siempre nos acordamos cuando algo va mal y no cuando algo nos sale bien.
Odio la monotonía, tengo un problema con el tiempo, lo monótono se me hace lento y yo necesito ver pasar el tiempo, no necesito sentir cada segundo, sólo quiero dejarlo atrás, se podría decir que me gusta vivir como a cualquiera, pero no vivir siempre lo mismo.
Me esperaba una aventura, una de esas aventuras en las que no sabes qué coño va a pasar, tú simplemente te montas en el jeep camino a donde se encuentran los leones, todo el mundo te dice que no te atacarán pero por mucho que intenten convencerte, siempre está la duda.
Yo ya me había montado en aquel jeep, con la diferencia de que no era un jeep, era una autobús camino a una ciudad innombrable en la cual me esperaban dos amigas para pasar una famosa fiesta, yo por si acaso, llevaba la escopeta cargada.
En pleno viaje me puse a pensar en cómo había cambiado todo, años antes me encontraría escuchando música en uno de aquellos famosos discman y en cambio ahora… La escuchaba desde mi móvil el cual estaba conectado las 24 horas a internet, no vaya a ser que den un golpe de estado y yo no me entere. ¡Maldita sea! El mundo se va a la mierda, no valoramos lo que tenemos porque ni siquiera sabemos lo que tenemos, podemos tenerlo todo. Crítica social a parte, ya había llegado a mi destino, una mochila con ropa para dos días, ventajas de ser un tío.
Era la hora de cenar, no creo que os interese mucho esta parte, os lo resumiré en que llegué al piso de las susodichas, nos saludamos, hicimos el idiota y nos fuimos al burger a cenar, llamadme cutre, pero la pela es la pela.
La cena pasó sin ningún sobresalto, eran dos chicas realmente encantadoras en las que parecía que había una competición entre ellas para ver quien sonreía por más tiempo, aparte de eso, nada destacable. Llegamos a casa, nos duchamos cada uno por separado y nos fuimos de fiesta.
Ya en la discoteca encontraron a un grupo de amigas y me las presentaron a todas, una rubia destacaba entre todas, pero cuando me quise acercar a hablar con ella, una de mis amigas me paró en seco.
Empezamos a hablar, lanzándonos dardos envenenados y calentándonos poco a poco, ella estaba muy borracha, yo aún me aguantaba en pie. A los pocos minutos ya estamos abrazados y comiéndonos la boca como verdaderos animales hasta que…
Tuve que acompañarla fuera, estaba cada vez peor y se puso a vomitar, estaba muy mareada por lo que entré a buscar a su amiga para decirle que iba a llevarla a casa, ella se negó y dijo que nos acompañaba, que venía con nosotros.
Minutos más tarde ya estábamos en casa, la habíamos llevado a su habitación y nada más sentir la cama se quedó dormida como un bebé. Mi otra amiga y yo aún teníamos ganas de fiesta, pero no queríamos dejarla sola por lo que nos sentamos en el salón y pusimos la TV, ventajas de tener TV por satélite, siempre hay algo decente a cualquier hora.

Ella se sentó a mi lado y nos pusimos a ver un documental sobre gente rica, la verdad es que era muy curioso, nos pusimos a debatir si la gente enloquece cuando tiene dinero o que si ya están locos antes de tenerlo. Yo la verdad me decanté porque la gente ya nace loca y el dinero les hace cumplir sus locuras.
Ella se sentó a mi lado y se acurrucó en mi hombro, yo me sentía mal, me había liado con su amiga, pero entre que estaba algo borracho y que esta chica era preciosa, había algo despertándose dentro de mí.
Le agarré por la cintura y colé mi mano por la camiseta, acariciándole la tripita. Ella giró la cabeza y me miró, una de esas miradas que te dicen que paso dar, le agarré la carita con la mano derecha y la empecé a besar lentamente, mis labios presionaban los suyos y mi lengua empezaba a lamérselos, entrando poco a poco dentro de su boca para jugar con su lengua.
Ella se levantó y se montó encima de mí, apretándome entre sus dos largas piernas, casi sin darme cuenta, ya me había quitado la camiseta. La cogí y la tiré al sofá, poniéndome yo encima y colándome entre sus piernas. Seguimos besándonos cada vez mas acaloradamente, pegándole ya mordiscos en los labios, era hora de calentarnos más. Bajé mi mano derecha y la puse entre sus piernas y le empecé a frotar el coño bien fuerte, pude notar cómo le gustaba ya que paró de besarme para echar la cabeza hacia atrás y dar un pequeño grito.
Me empujó y pensé que me había pasado, me hizo sentarme y se volvió a montar encima de mí, esta vez se quitó la camiseta, quedándose en sujetador, se agarró a mi cuello y siguió besándome, ahora pasando a mi pecho.
Yo no podía aguantar más, la cogí en brazos según la tenía y la empotré contra la pared más cercana. Ahí empecé a besarle el cuello, lanzándome de vez en cuando a sus labios, pude verla como se mordía el labio cada vez que le besaba el cuello y deslizaba mi lengua por él. La apreté más fuerte contra la pared para que notase como me había puesto, la subí un poco y le empecé a lamer las tetas, hasta que pasé una mano por detrás y le quité el sujetador, ella subió un poco más y me apretó la cara entre sus tetas, yo se las empecé a lamer, una y luego otra, mordiéndole los pezones a la vez que se los chupaba y tiraba de ellos.
Me estaba poniendo realmente malo, le agarré y me la llevé a su habitación, tirándola sobre la cama, me lancé encima suyo y mientras la besaba le empecé a frotar el coño a través de los vaqueros, incluso colando mi mano por ellos y masturbándoselo, apretando bien fuerte, lo tenía súper húmedo y aquella sensación de humedad me la puso más dura.
Ella me hizo tumbarme y me desnudo por completo, ella se quedó tan sólo con el culotte. Empezó a frotarse apretándose bien fuerte contra mi cuerpo y restregándome las tetas por la cara mientras me decía que haber cuanto aguantaba sin follármela, estaba vez iba a perder la batalla, lo tenía claro, aquella situación me ponía demasiado y el morbo de aquello…
Ella siguió frotándose más y más, podía verle el coño a través de aquel culotte, ya algo mojado y que marcaba perfectamente sus labios. Empezó a besarme la boca y fue bajando por mi barbilla, mi cuello, pecho… hasta llegar a mi polla, la cual me la agarró con fuerza con una de sus manos y me la empezó a lamer, pero sin llegar a chupármela, lamiendo la punta y de arriba abajo.
Se puso de pie en la cama y se quitó el culotte, yo mirando hacia arriba pude ver eso que tanto ansiaba por probar y por ver, aquel fabuloso coño. Una vez se quitó el culotte se sentó en mi pecho, dejándome el coño a escasos centímetros de mi boca y mirándome a los ojos mientras se mordía el labio. Se fue restregando por mi pecho hasta que me lo puso en la boca. Se lo empecé a comer de una manera súper salvaje, dándole mordiscos y lametones de arriba abajo, ella se mordía el labio por no chillar, ya que su amiga estaba en la habitación de al lado y no creo que le hiciese ninguna gracia saber que estábamos follando porque ella había bebido demasiado.
Yo seguía comiéndole el coño, ella fue curvando su espalda hacia atrás. Le agarré el culo, cada una de las nalgas con mis manos con gran fuerza y apreté hacia mi boca mientras seguía devorándole el coño como si se tratase de un chuletón. Ella ahí ya no pudo aguantar y empezó a chillar de placer, chilló durante unos segundos hasta que se apartó, no podía chillar o su amiga se daría cuenta de lo que estábamos haciendo.
Estaba sentada aún en mi pecho, con el coño calado y mirándome a los ojos, pidiéndome soluciones. Hice que se tumbara y me puse encima suyo, frotando mi polla con su coño bien fuerte, mientras me puse a lamerle las tetas y pasé a sus brazos. Empecé por su mano derecha, metiéndome cada uno de sus deditos en la boca y chupándolos, hasta que pasé a su muñeca y fui recorriéndole el brazo con mi lengua hasta llegar a su cuello, una vez ahí hice lo mismo con el otro brazo, terminando en los deditos, los cuales también me los fui metiendo en la boca uno por uno, eso la volvía loca.
La agarré por la cintura y la puse a lo perrito, la empecé a masturbar metiéndole dos deditos a toda velocidad, pero no aguanté mucho, la agarré con fuerza y le metí la puntita y segundos después se la metí entera, apretando bien fuerte. Empecé a metérsela con muchísima fuerza, apretando súper fuerte y follándome súper rápido, pero ella empezó a gritar y a gritar muchísimo, se la saqué e hice que se levantase de la cama.
Me la subí encima y la empotré contra la pared, me la agarré y se la metí dentro, ella se retorció pero no gritó, la miré a los ojos y ella me devolvió la mirada. Le puse una mano en la boca y la empecé a follar bien fuerte contra la pared, podía notar las ganas que tenia por gritar, pero mi mano se lo impedía. Ella no cerró los ojos en ningún momento y yo no aparte mi mirada de aquellos ojos negros tan bonitos. Seguí penetrándola más fuerte cada vez, con sus piernas sobre mi cintura y apretándola bien fuerte contra la pared, sin intentar hacer ruido, hasta que… ambos nos corrimos mientras nos mirábamos a los ojos y nos retorcíamos de placer.
Se bajó de mí y se tiró en la cama, después de aquella gran corrida estaba agotada, igual que yo, ambos estábamos agotados tanto física como mentalmente, quizá no había sido el mayor polvo de nuestras vidas, pero aquellos sentimientos que surgieron lo hacían especial.
Ambos nos dormimos en su cama, abrazados y hablándonos al oído hasta que nos dormimos. Me hubiese gustado contaros que me la estuve follando durante toda la noche, pero no siempre hace falta echar cinco polvos seguidos, a veces un solo polvo transmite todo lo que necesitas y te da todo lo que estabas buscando.

13 comentarios en «El morbo de lo prohibido.»

  1. Sinceramente increíble. Descubrí este blog por TQD y cuando lo leo estoy deseando que llegue mi novio para hacerle todo lo que tú haces. Aquí una admiradora!

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  2. Yo también he descubierto tu blog por TQD. ¡Alguien te está haciendo publicidad, chico!
    Por otra parte, te felicito. Me encantan los relatos eróticos, y no los suelo encontrar tan buenos. Además, doble felicitación si todo lo que escribes aquí lo has hecho, mis respetos como miembro del colectivo femenino.
    Mi chico es genial en la cama, pero algunas ideas y algo de… ¿preparación previa? nunca vienen mal. 😉
    Espero que sigas escribiendo, porque ya me he terminado todas las entradas y estoy deseando leer la siguiente…
    Un saludo. Volveré. 🙂

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  3. Lo encontré moderando. Ponía algo como… ''Moderadores, se que no lo publicareis pero leed el blog Placer y Mermelada''. Al final no salió publicado pero aquí tienes dos fans más.

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  4. Ves, yo al menos pongo el nombre (aunque sea falso) xD Yo dejando de lado el contenido, te digo que escribes G-E-N-I-A-L. Describes perfectamente y no se hace en absoluto pesado. Sigue así 🙂

    Por cierto, una chica debe de llevar una camiseta de tu blog, porque acabo de leer en un ADV para moderar: "Hoy, he visto a una chica con una camiseta en la que ponía "Placer y mermelada" y al buscarlo he visto que es de un blog porno. ADV"

    Y aquí me tienes 🙂

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  5. Creo que ya te habrán felicitado un montón de gente pero me uno a la causa, escribes genial y sinceramente tus relatos son de gran ayuda en algunos momentos 😉
    Seguiré leyendo! 🙂

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