¡Disfruta mucho más de ti!

Días soleados

Se dice que lo primero que olvidas de alguien es su voz, y yo ya la estoy empezando a olvidar.
Todo esto me da que pensar que el amor no es tan bonito y especial como yo pensaba, si lo único que necesitas es dejar pasar el tiempo para poder olvidar.
 ¿Eso es lo que buscamos? Un sentimiento tan fuerte y atractivo que con dejar pasar los meses ya lo perdemos.


Cada vez me cuesta más escribir aquí, al fin y al cabo este blog siempre ha sido una forma de desahogarme, pero cada vez me sorprende más la gente que me lee y sobretodo quién es esa gente. Mi ex tuvo la fantástica idea de enseñárselo a su familia, quizá fue esa una de las razones por las que tuve un gran parón a la hora de escribir mis queridos párrafos críticos y sexuales. Sea como fuere, no me siento a gusto, hay demasiada gente implicada leyendo esto, amigas, ex amantes, familiares de esas exs, e incluso personajes famosos que me mandan e-mails para felicitarme… Por eso ahora si conozco a alguien no le dejo conocer a este yo, no le dejo enamorarse del personaje, y de algún modo también la protejo a ella, para que no se haga daño leyendo estas letras.

De todos modos, me pasará lo de siempre, con dejar pasar el tiempo me empezaré a dar cuenta de que da igual quién me lea si a mí me sirve lo que escribo, que es el único motivo por el que hago esto, aunque si logro tener lectores que me den una palmadita en la espalda porque sé enlazar bien las frases, nunca está de más.

La verdad es que he pasado una época bastante mala, pero me ha servido para darme cuenta de muchas cosas, para crecer como persona y para conocer virtudes de mí que jamás pensé que tuviera. También me ha servido para ponerme buenorro en el gimnasio. ¿Qué queréis? Vosotras lo pasáis con helado y nosotros nos hacemos adictos al deporte. Es curioso que el ex de una amiga también haga lo mismo que yo, aunque eso le resta valor a lo especial que me hacía sentir a mí. Sí, va por ti, un saludo D.
Mucha gente me ha abierto los ojos diciéndome las cosas a la cara, enseñándome de una manera indirecta y sin querer, que si no es mi momento, no lo busque, que si no quiero hablar con una mujer para conocerla, que no lo haga porque me aburro y quiero pasar el rato. Si me lo hubiesen dicho antes… De este modo me gustaría agradecerle a @MambaaNegraa ese consejo que aún no haciéndolo de forma directa, ha sido la gota que ha colmado el vaso y que me ha logrado cambiar tanto en estos días, llegó en el momento justo y en el día perfecto, lo necesitaba, gracias.

Días soleados.

Era uno de esos días alegres entre días tristes, uno de esos días soleados que se cuela en una semana lluviosa y gris, uno de esos días que te hacen despertarte con energía en cuanto los primeros rayos de sol entran por tu ventana y cruzan la habitación de lado a lado.
El sol bañando la calle lograba que se me dibujara una sonrisa en la cara, podía notar como el calor emanaba de la misma calle, cómo calentaba la carretera e iba evaporando el agua que aún quedaba de otros días, logrando ese olor tan característico a calle mojada que a mí tanto me gusta.
Estaba empezando a disfrutar de esos días soleados, a no pensar en la playa, a no pensar en ella, a despertarme con la ilusión de ver lo apetecible que estaba hoy frente al espejo y a pensar qué iba a hacer hoy que fuese más especial que ayer, pero menos que mañana.
Supongo que cuando se me pase el cabreo, que aún me falta, lograré escribir buenos relatos sobre ella y no sólo sobre mi anterior ex, al fin y al cabo los mejores relatos, desde mi punto de vista, son en los que he tenido sentimientos, con ella los tuve y podría decir que más que con nadie, tiempo al tiempo que por lo visto es lo que soluciona todo.
Al grano.
La había conocido de la manera menos ortodoxa posible, o al menos eso pensaba yo, pero la había conocido que hasta el momento era lo único importante.
Le gustaba el deporte tanto como a mí, pero tenía esa extraña virtud que tenéis unas pocas de que no lo hacía para adelgazar o verse bien, lo hacía y lo hace porque le gusta sentir el deporte en su cuerpo, le gusta sentir agujetas al día siguiente, sentir sus músculos cargados y esa sensación de libertad total de llegar a casa y ducharse tras haber estado una hora corriendo.
Supongo que todos nosotros buscamos a alguien como ella, una chica que no necesita de tacones o extensiones para verse guapa, una chica que lo más superficial que tiene es que es capaz de ver en la belleza exterior lo que emanas desde tu interior.
Cuánta perfección, a ver si me voy a enamorar ahora.
La verdad es que no es mi momento para conocer a alguien, pero su paciencia está logrando traspasar todas mis barreras, romper todos mis escudos y llegar a lo más profundo de mí. Para colmo si el destino es caprichoso con las señales… ¿Qué os voy a contar? Bueno, lo que os voy a contar es que la soledad y la soltería me están empezando a gustar, que jamás entenderé por qué decidieron poner una manzana como elemento de la tentación en la Biblia, y también me gustaría contaros esto:

Hace unos días se emitió en Cuatro un capítulo de Conexión Samanta llamado “Seductores” y el caprichoso destino quiso que yo lo viera, y que lo viera acompañado.
Os lo resumiré en que es un programa en el que se cuenta el día a día de varios personajes famosos que viven de su imagen, como por ejemplo Maxi Iglesias. (¡Oh, Maxi, guapo! Vale, ya, ¿puedo seguir?).
El que me interesa no es él, es Santiago Cañizares, ese hombre que jamás me ha caído en gracia, pese a tener una foto firmada por él mismo en algún lugar perdido de mi casa.
Dejad que os transcriba la conversación tal y como aparece en el programa.

Cañizares le presenta a su mujer, os pongo una parte de la conversación entre Samanta y ella, la parte que me importa.

– ¿Qué fue lo que finalmente te sedujo de él? Le pregunta Samanta.
– Lo conocí en una época mala, fui un poco de psicóloga, responde finalmente su mujer tras varios suspiros y tomándose un tiempo para pensar la respuesta.
– Fue en el final de mi carrera, en un momento muy difícil para los jugadores de fútbol, añade Cañizares.
– Normalmente cuando los hombres te conocen se crecen, ¿no? Sacan lo mejor de ellos, yo conocí a Santi y todo lo contrario. Sentir que te necesita, ¿sabes? Y eso al final es lo que al final me conquisto.
Ahí desconecté y sentí una envidia brutal por Cañizares, ya que había encontrado a una persona que se había enamorado de su futuro con él, de su potencial, había logrado conocer a una de esas personas que sabes que nunca te van a fallar porque te han conocido en tu peor momento, de esas hay pocas. Tampoco pondré la mano en el fuego por ellos ya que son personajes públicos, y nunca sabes lo que tienen que decir y lo que no delante de una cámara, algunos os sorprenderíais, pero parecían bastante cómplices, y sobretodo, parecían felices.
Me sentí muy identificado con él, ya que yo conocí a mi anterior pareja así, obviamente yo no soy futbolista, pero sí que me encontraba en un momento de gran bajón, y fue en ese momento en el que conocí a mi ex pareja, lo que pasa es que me da la sensación de que ella no es como la mujer que conoció Cañizares. (Una sonrisa se va dibujando en mi cara mientras escribo esto).
La conversación sigue, pero no es relevante para lo que a mí me interesa.
Es curioso como una mirada de quien tenía al lado fue suficiente para recuperarme, ya que mi mirada se había alejado del televisor y mi mente había empezado a carburar.

– ¿Estás bien? Me preguntó ella.
– Eso creo, dije no muy convencido.
– Al final todo pasa, sólo tienes que darte tiempo.
– Estoy cansado de usar el tiempo para todo, le resta muchísimo valor a lo que pienso que es el amor, si es tan fácil olvidarte de alguien, simplemente dejando pasar el tiempo.
– Sí, pero funciona, me dijo sonriéndome.
– A veces me gustaría que no funcionase.
– No seas tonto, funciona, pues ya está.
– Sí, pero al final voy a volverme una piedra fría que se aleja de todo lo que tenga que ver con sentimientos, y no por miedo, sino por asco.
– Ya eres así.
– ¿Y por qué me aguantas? Algún día me tienes que decir de dónde sacas tanta paciencia.
– No lo sé, supongo que me pareceré un poco a la mujer de Cañizares, no me quedo sólo con el presente que vivo con las personas.
– También tienes otra virtud mucho más importante.
– ¿Cuál? Me preguntó mientras se acercaba a mí.
– Sabes lo que decir, y hasta donde decirlo.
– ¿A qué te refieres?
– Lo que me has dicho, de que no sólo te quedas con el presente, si hubieses mencionado que también ves el futuro me habría sentido identificado con tu frase y habría echado a correr.
– ¿Tienes miedo de que pueda pensar en un futuro contigo?
– Tengo miedo de que cualquier persona pueda pensar en un futuro conmigo, le dije en un tono cortante.
– Pues te jodes, porque jamás sabrás lo que pienso o lo que no, me dijo suavizando el tono para no parecer enfadada.
– No está entre tus virtudes la de evitar responderme si te pregunto algo.
– Ni entre las tuyas está la de preguntarme cosas que te vayan a hacer sentir incómodo si escuchas mi respuesta.
Y esta, señoras y señores, es la mejor follada mental y no mental que he tenido en muchísimo tiempo.

La vida es bastante cruel, es bastante injusta. Muchas veces pienso en qué habría pasado si hubiese cambiado mi papel con respecto a mis ex, su hubiese matado por la primera y no por la segunda. Supongo que la vida es eso, aprender de cada persona y darte cuenta de cómo la has cagado con cada una de ellas y evitar a toda costa repetir eso con la siguiente.
Con este texto os pido algo, si encontráis a alguien como la mujer de Cañizares, no lo dejéis escapar, porque esas son las personas más maravillosas que te vas a encontrar a lo largo de tu vida, haz lo que sea por retenerla, porque eso es el amor sincero y ese sentimiento no se va aunque dejes que pase el tiempo.

–Hero

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