¡Disfruta mucho más de ti!

Olvídame

 

Olvídame, olvídate, olvídanos.

 

 

Por todos esos buenos momentos que nos dejamos,
por todas esas sonrisas que nos robamos.
 
Por todos aquellos enfados que tuvimos,
por todos aquellos instantes que vivimos.
 
Por todo lo que nos quisimos,
por todo lo que nos perdimos.
 
–Hero




Muchos me habéis preguntado por esta historia, es hora de que os la cuente. Intentaré evitar los temas personales en todo lo que pueda y así guardar algo de privacidad.


Hay relaciones que no sé muy bien cómo definirlas, y la nuestra fue una de ellas.

No era una relación normal, había confianza y nos queríamos de verdad. La confianza en grandes cantidades quizá fuese un problema, pero desde mi punto de vista en una relación madura la confianza deben ser los cimientos de todo.

He cometido muchos fallos a lo largo de mi vida, y creo que uno de ellos fue abrir mi corazón cuando aún no estaba preparado para ello.

Años atrás…

Yo estaba en el Olimpo, me creía un Dios, estaba entre dioses y cualquier humana no era más que un pasatiempo de fin de semana, pero al final me tuve que volver de allí y bajé a la Tierra.
Ella, como capricho del destino, estaba allí esperándome, preparada para escuchar mis desahogos sobre lo dura que es la vida en la Tierra y lo bien que estaba en el Olimpo. Llegó en el momento justo, quizá las grandes personas tengan eso, que saben cuando aparecer.

Mientras tanto ella me escuchaba, pero cada vez se involucraba más y más en mí. Me enteré que tenía ya a alguien especial en su cabeza, por lo que decidí cerrar todo vínculo con ella, pero… Por primera vez en mi vida, después de unos días sin hablarnos me tragué mi orgullo y volvimos a hablar, ahí fue cuando empezó todo.

Ella seguía escuchándome e involucrándose cada vez más en mí, hasta que me di cuenta de que se estaba enamorando de mí. Yo tenía una sensación rara, no sabía si era amor o era cariño por todo lo que me aportaba, ya que gracias a ella me podía desahogar contándole mi vida en la Tierra, además de anécdota de tiempo atrás mientras vivía en el Olimpo.
Los meses fueron pasando, las llamadas telefónicas pasaron a ser diarias, no podíamos dormirnos sin hablar el uno con el otro, y el tiempo pasaba…

Sus amigos empezaron a criticar su actitud, y yo simplemente dejaba que las cosas sucedieran como el destino quisiera, me lavaba las manos y me centré en vivir el presente sin pensar en un futuro.

Nos vimos.

Fue una sensación extraña, como de dos personas que se conocen de otra vida que se vuelven a encontrar, pero que realmente no saben si se conocen.
Esa sensación se apagó cuando le tiré un vaso de agua a la cara para que despertase y ella me tiró la jarra entera sobre la cabeza, la confianza que teníamos estaba empezando a nacer mientras nuestras miradas podían por fin encontrarse.

Ella ya me había contado sus problemas, pero no les di la mayor importancia, aún no sé si fue por egoísmo de pensar que problemas eran los míos o simplemente porque realmente creía que no tenía problema alguno.

Era una chica muy madura, tanto que incluso me empequeñecía, mi personalidad cambió por completo y yo ya no sabía a qué atenerme, me estaba empezando a enamorar verdaderamente de ella y eso me asustaba, no quería enamorarme de alguien con quien no sabía si lo que quería era contarle mis problemas o si era algo más que eso.

El tiempo iba pasando, conocí a sus padres y a sus amigos. Empezaron los primeros problemas de pareja, pero la confianza y un cuadrado mágico sobre el suelo de su cocina nos permitieron arreglarlos todos sin excepción.
La confianza iba aumentando y nos iba comiendo, ambos nos veíamos toda la vida juntos, hasta el punto de que ya no pensábamos lo que decirnos, hablábamos sin pensar, éramos nosotros mismos al cien por cien.

Nos empezamos a abandonar, la confianza y la seguridad en la relación nos estaba matando la relación poco a poco, no nos cuidábamos y parecía como si nos conociésemos de toda la vida, había una fusión extraña entre nuestras almas que pese a parecer algo perfecto, no lo era en absoluto, porque una relación necesita errores con los que puedas pedir perdón, fallos que te digan que tu relación no es perfecta y que aún puedes mejorarla.

Sus amigos se empezaron a inmiscuir en la relación y al final ocurrió lo que jamás pensé que ocurriría.

Supongo que gracias a una mezcla de esa confianza, esa seguridad en que nos queríamos por encima de todo y sus problemas de inseguridad hicieron el resto. 

Me dejó.

Me dejó de una forma muy extraña, ya que empezó a deshojar la margarita para saber si me quería o no, y yo no quería vivir con alguien con esas dudas, por lo que decidí ayudarle a que me lo dijese, y me fui de su casa para siempre. Ella no sabía si me quería, pero gracias a todo lo que habíamos vivido yo podía entrar en su cabeza y ver qué es lo que realmente pensaba.

A los pocos días los celos empezaron a aflorar por conversaciones estúpidas de Facebook y me dijo que me quería, volvimos.

Aún tras volver con ella la notaba distante, y ya no estaba a su lado para poder luchar contra sus amigos y contra todo su entorno tóxico, estaba en clara desventaja.

Gané una noche en el Ritz hace tiempo que caducaba en poco tiempo, por lo que le dije de ir a disfrutarla por mi cumpleaños, ella aceptó.

Los días restantes a aquel fin de semana en el Ritz iban pasando, cada vez estaba más distante,  estaba con sus amigos en todo momento y eso a mí me asustaba muchísimo, podía notar desde los más de 500km que nos separaban lo que le estaban diciendo sobre mí, podía sentirlo en su tono de voz.

Los días pasaban, hasta que tras una discusión que nos distanció mucho más, ella me dijo que iba a luchar con todas sus fuerzas por esta relación, que era lo que realmente quería. Tras estas palabras me alegré bastante, aunque el hecho de que sus amigos no parasen de meter mierda sobre mí me estaba volviendo loco, y lo peor es que aún no sabía por qué lo hacían.

Tras un fin de semana con sus amigos, a la mañana siguiente me dejó definitivamente. Me dijo que ya estaba segura de que no me quería y que era mejor que cada uno se fuese por su lado. Quizá fue uno de los peores días de mi vida, ya que tras sus palabras sobre que iba a luchar con todas su fuerzas por nuestra relación yo me sentía muy confiado, el caso es que acabó y desde que me dijo esas palabras hasta que me dejó sólo pasaron dos días.
Me contó que se había pasado la noche llorando con sus amigos, y que había llegado a la conclusión de que no me quería.
Una amiga suya se tomó confianza de hablar conmigo para decirme que le tenía que devolver todas sus cosas a mi ex, parecía realmente interesada porque este fuese el punto y final.

Faltaba una semana para irnos al Ritz, por lo que tuve que cancelarlo todo y me quedé sin ese estupendo regalo de cumpleaños. Como comprenderéis, los amigos sabían de ésto y por eso su decisión fue tan precipitada, no podían consentir que fuese conmigo al Ritz de ninguna de las formas, sabían de sobra que teniendo mi cara a escasos centímetros de la suya ella iba a saber de sobra lo que quería.

Sin Ritz, ni regalo de cumpleaños y tras tantos deshojes de la margarita con «le quiero, no le quiero» yo me estaba empezando a cansar. Desde que lo habíamos dejado sus problemas se estaban acrecentando, y yo era con el único que era capaz de mostrarse tal y como era, pero lo malo de esos problemas es que también le hacían más manipulable por el resto de personas de su alrededor, ya que su autoestima era minada por completo y seguramente prefería estar bien con personas a las que pudiese tocar diariamente.

El tiempo pasó, y no sé cómo ocurrió exactamente, pero volvimos a hablar.
Fue entonces de cuando me enteré de todo.

Un amigo suyo había intentado besarla, y ella lo rechazó. Tras este rechazo, todos sus amigos le dieron la espalda, todos sin excepción, de golpe se quedó sola por haber rechazado a uno de sus amigos. ¿Parece que ahora todo encaja, no? Obviamente sus amigos habían estado metiendo mierda porque uno de ellos estaba enamorado de ella desde hace años, precisamente su mejor amigo. Era el que siempre llegaba tarde cuando quedábamos, el que siempre miraba raro, y el que siempre intentaba caerme mejor que el resto, como con cargo de conciencia por saber lo que estaba con todos a mis espaldas.

De nuevo ella me dijo que me quería, por lo que yo aproveché y le dije de ir al Ritz, ya que iba a caducar en dos semanas, ella aceptó.

Esta vez los días pasaron y a ella la notaba mucho más abierta a mí, era la chica de la que me había enamorado y de la que tras haberme dejado, me di cuenta de lo realmente enamorado que estaba de ella. Aunque todo fuese tan idílico, yo no podía olvidar los grandes feos que me había hecho, diciéndome que me quería y luego todo lo contrario, o haciéndome cancelar el fin de semana en el Ritz con una semana de antelación y para colmo en mi cumpleaños.
Intentaba olvidarme de todo eso, intenté pensar en el presente y en lo bien que conectábamos ahora.

Fuimos al Ritz.

Me contó lo de su amigo, yo intenté no darle la mayor importancia. Al fin y al cabo hijos de puta hay en todos sitios, y aún no sé qué me cabreó más, si el hecho de minar una relación perfecta que hacía feliz a su mejor amiga, y a la chica de la que estaba enamorado, o por el contrario… Después de dejar una relación acudir como un buitre a ella, a ver si caía entonces. Que digo yo que si llevaba tantos años enamorado de ella quizá podría haberlo intentado cuando ni siquiera sabía de mi existencia, ¿no? Supongo que hay gente estúpida, lo malo es que hasta cierto punto le funcionó.

Al vernos todo fue muy frío, ahí fue cuando me di cuenta de que sus amigos habían conseguido lo que tanto había buscado, o al menos el 50% de ello, ya que habían conseguido que me dejase, pero no que su amigo consiguiera algo con ella.
Por suerte tras unas horas la confianza volvió a relucir y pasamos un fin de semana bastante bueno, quizá no el mejor, pero se podía notar lo que alguna vez fuimos. Ella me daba la mano e íbamos abrazados como dos adolescentes la mayor parte del tiempo.
Hablando ella me dijo que no podía estar conmigo, que primero tenía que centrarse en ella y en arreglar su problema. Yo esto no lo entendía, ya que no creo que sea algo incompatible estar con quien quieres y arreglar tus problemas.

Cada uno se volvió a su casa, a lo que ella me dijo si podríamos vernos en Navidades, yo le dije que sí, que sin problemas. El tiempo pasaba, hablábamos por teléfono y todo parecía más o menos bien, salvo por la extraña situación de que no estábamos juntos, aunque todas nuestras acciones mostraran lo contrario.

Ella seguía interesada en vernos en Navidades, por lo que yo decidí soltarle el ultimatun de que si nos veíamos tendríamos que volver, y que si no venía a verme aquí se acababa todo, que no iba a luchar más por ella.
Mientras tanto le estuve ayudando a buscar psicólogos para que le ayudasen con su problema, pero no había ninguno realmente decente.

Hablábamos a diario, aunque fuese una hora, lo hacíamos.

El día que iba a visitar al primer psicólogo decidí no hablar con ella, quería darle espacio, sabía que cuando hablaba del tema estaba mucho peor. Ese día por la noche vi que estaba conectada a Facebook, le saludé y me dijo que estaba hablando con una amiga, casualmente la misma que me dijo que le devolviese todas sus cosas. Aquí me volví a temer lo peor, aunque estaba vez no pensaba que pudiese volver a hacerlo.
Me empezó a contar que había un malentendido, que sus amigos habían estado liados y por eso no habían quedado con ella. Claro.

Al día siguiente la llamé, y le pregunté por lo de vernos en Navidades. ¿Lo adivináis? «No estoy segura de que te quiera, tengo dudas».

Me cansé definitivamente, le mandé a la mierda y la verdad es que no creo que le dijese muchas cosas bonitas, le solté el AS que siempre tengo con cada chica que quiero que me odie y que me olvide y se acabó. El AS fue simplemente decirle iba a conocer a más gente, que estaba cansado de ella y que su problema no era real, que lo que quería era llamar la atención.

La borré de Facebook, y no la hablé más.

Es una chica a la que han puesto los cuernos sus mejores amigas con su ex, y pese a eso no le guarda rencor. Incluso es una chica que soporta las embestidas diarias de su madre, a la que no guarda rencor.
A mi sí.

Pese a esto, y después de un mes sin saber de ella, decidí felicitarle el año nuevo. Ella estaba muy enfadada conmigo, me dijo que ya se había olvidado de mí, parecía ella la despechada y no yo, me dijo que no quería saber nada más de mí, que la había fallado y demás. Intenté aguantar la conversación por teléfono, hasta que ya también me cansé. Le dije que ya le preguntaría en un par de días que tal la primera consulta con otro psicólogo que iba a probar y acabó ahí.

Jamás le pregunté qué tal aquella consulta, a los pocos días me di cuenta de que yo no estaba enamorado de esa chica, esa chica no era la misma persona. 

Siempre estaré enamorado de la chica que conocí hace años, siempre, pero me es imposible querer estar con alguien que es capaz de volver a hablarse con unos amigos que le dieron la espalda cuando ella rechazó a uno de ellos. Su madurez ya no existía, su idea de relación tampoco, no había nada de esa chica que me atrajese, más allá de su físico y de lo que una vez fue para mí.

Como he dicho, no le pregunté por la consulta con aquel psicólogo, bloqueé su numero en WhatsApp y lo borré para ni verla en mis contactos.

A los pocos días me dedicó una foto en Instagram con el texto: «No pierdas tu tiempo intentando explicar cómo eres a gente que no tiene ninguna intención de entenderte, ni dando explicaciones a quién no quiere creerte».

Supongo que esto ya fue la gota que colmó el vaso para mí. Mi orgullo y me ego volvieron, mi razón entró en juego y me instó a no dar más por alguien así, por alguien que es capaz de dejar a la persona de la que está enamorada con tal de llevar una vida más fácil con unos amigos que le dan de lado porque rechaza un beso de uno de ellos.
No sé qué es lo peor, si que ella sepa lo que hizo o que me lo haya puesto tan fácil para olvidarla.

He madurado tantísimo desde entonces que ahora me considero mejor persona que hace tres años. Puede que no sea tan atractivo a una mente femenina, pero creo haber ganado mucho más de lo que he perdido. Ahora sólo queda esperar y volver a creer en ese invento estúpido llamado amor, ese invento que a cada palo que te da los verdaderos románticos perdemos un poco más la esperanza en él.


Anécdotas que contar, personas que fueron muy especiales que de repente se convierten en seres extraños con los que no quieres verte nunca. Ángeles que se convierten en demonios, o simplemente ángeles que dejan de serlo y se cortan las alas porque prefieren estar rodeado de estúpidos, con tal de estar rodeados de alguien.



Esto es la vida: amor, pasión, rechazos e hijos de puta.



–Hero

7 comentarios en «Olvídame»

  1. Llore mucho mientras lei. Mi.identifico mucho con ella. Creo que entiendo un poco mas a mi novio. Hice muchas cosas asi y ahora que lo veo contado.por otro me arrepiento.y veo qye puedo hace cosas distintas antes de volver a perderlo y que esta vez sea definitiva

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  2. Me encanta esta historia. Viví una situación parecida no hace mucho tiempo, y no sé si por el miedo, por el orgullo o por las dos cosas acabamos distanciándonos. No me extraña que te acabaras cansando de todos los dichos sin hechos y de todas las palabras sim sentimiento. Perdonamos muchas veces, pero al final también acabamos rindiéndonos.
    Me reconforta saber que hay más gente como yo.

    Saludos.

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  3. Mira esto lo estoy leyendo a estas horas me he leido tus ultimos relatos, y me has hecho sentir una mezcla de sentimientos, sobre todo en este ultimo, donde has plasmado casi al pie de la letra mi ultima relacion de hace apenas unos 4 meses. A donde quiero llevar todo esto, ni puta idea, pero leyendo este tipo de situacciones de otras personas creo que puedo ver una luz en el tunel. Y con ello queria darte las gracias por este blog y tus palabras.

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