¡Disfruta mucho más de ti!

No hay dos sin tres

No recuerdo muy bien cómo llegamos a todo esto, tal vez sea porque iba demasiado borracho o porque quizá sea la parte más aburrida de la historia y no es interesante recordarla. Había salido con dos amigos y un par de amigas, todos se acabaron yendo a casa, todos salvo yo y dos chicas, con una de las cuales me había estado liando esa misma noche.
Entre unas cosas y otras acabamos los tres tirados en los sofás de mi piso, bebiendo una botella de un ron malísimo que me quedaba de un último botellón. Tal vez fuera el alcohol, tal vez las ganas de follar, tal vez una mezcla de ambas… El caso es que la rubia con la que me había estado comiendo la boca y restregándome esa noche, se me subió encima y me empezó a besar el cuello, aunque iba borracho y tenía unas ganas increíbles de ponerla contra la pared, me contuve y miré a su amiga, no quería que pasara un mal trago viéndonos follar delante de ella. Pero fue mirar a su amiga y noté como una mano entraba en mi pantalón y me la agarraba, aquí ya no me pude contener, le tiré del pelo hacia atrás y le empecé a morder los labios y a jugar con su lengua, estaba realmente deliciosa y sabia a ron, ella no paraba de jugar con su mano dentro de mis pantalones. Yo cada vez estaba más y más cachondo, ya ni me acordaba de que no estábamos solos, miré a un lado y me fijé como su amiga nos miraba mientras se humedecía los labios.
Pero yo no podía mas, le agarré la camiseta y se la quité, después fue el turno de su sujetador, quedándole sus preciosas tetas a la vista, le agarré cada una de ellas con una mano bien fuerte y se las empecé a estrujar mientras no paraba de jugar con mi lengua dentro de su boca y de darle mordiscos en los labios, hasta el punto de hacerle un poco de sangre, ella de mientras no paraba de jugar con su mano, hasta el punto que empezó a masturbarme. Yo quería más, la tenía como un calcetín lleno de arena y estaba deseando sacarla a jugar, pero de mientras escondí mi cabeza entre sus preciosas tetas y se las empecé a morder, le daba mordisquitos en un pezón y luego en otro y luego le lamía todo el contorno haciendo círculos mientras luego le soplaba por donde lamía, esa sensación frío calor la estaba volviendo loca.
Se puso de pié, yo hice lo mismo y nos desnudamos completamente, una vez desnudos le cogí una mano y me agarré la polla con ella, a lo que me la empecé a masturbar con su mano, mientras hacía esto miré hacia su amiga, estaba abierta de piernas en el sillón mirándonos, tenía el pantalón corto bajado a la altura de las rodillas, el tanga movido a un lado y se estaba masturbando con una mano mientras nos miraba fijamente.
Le hice un gesto a la rubia para que mirara a su amiga y se acercó a ella, pensé que la iba a ayudar, pero no, quería ser la protagonista y se pudo al lado de ella, de rodillas y con el culo en pompa contoneando las caderas de un lado a otro, quería que me la follara a lo perrito al lado de su amiga.
Aquella imagen me volvió loco, tenía un culo y unas piernas espectaculares, vista por detrás era una verdadera diosa, pero quería hacerla sufrir un poco. Me acerqué hasta ella y jugué un poco con mi punta en su coño, sin llegársela a meter, como si mi polla fuera un pintalabios y el coño su boca, ella cada vez estaba más mojada, no sé cómo era capaz de contenerme para no metérsela hasta dentro y hacerla chillar hasta corrernos, pero me contuve.
Me contuve y con la polla en la mano me acerqué a su amiga, que en cuanto me puse al lado de ella paró de masturbarse, le hice un gesto que se levantara, la agarré el tanga y de un tirón se lo bajé hasta la altura de las rodillas, tenía un coño verdaderamente precioso y estaba muchísimo más mojada que su amiga. Le quité la camiseta, el sujetador y le empecé a comer la boca, ella sacaba su lengua y yo se la lamia. Mientras le comía la  boca, la agarré del culo bien fuerte y la atraje hacia mí, haciendo que frotara sus tetas contra mi pecho y yo frotando todo lo largo de mi polla con su coño, para ponerla más y más mojada.
Ahora era la rubia la que se estaba masturbando mientras yo me restregaba con la otra, me estaba poniendo verdaderamente malo, agarré a la amiga y la tiré al sillón, le puse a lo perrito y se la empecé a meter, sin juegos. Se la metía hasta dentro y la sacaba entera, así una y otra vez, de lo calada que estaba se me salía, por lo que tenía que agarrármela con la mano y volvérsela a meter, esto la ponía súper cachonda, no paraba de gritar y su amiga la rubia seguía masturbándose mientras miraba como me follaba a la otra.
Le saqué la polla y le dije a la rubia que viniese, yo de mientras le metí dos dedos a la morena y la empecé a masturbar en la posición en la que me la había estado follando, le metía los dedos bien rápido, estaba chorreando.
Su amiga la rubia se puso de rodillas al lado mío, me la agarró y se la metió completamente en la boca, a lo que me la empezó a chupar y yo a jadear, la chupaba realmente bien, se la sacaba y con su lengua me la lamía de arriba abajo y luego se ponía a jugar con su lengua en la punta.
Pasé de su amiga, a este ritmo seguro que ya se había corrido un par de veces, al fin y al cabo, me había dejado el sofá realmente perdido. Quería follarme a aquella rubia, le hice que se la sacara de la boca y la indique que se pusiese de pie, me agarro del cuello y yo le agarre bien fuerte del culo, nos empezamos a comer la  boca como verdaderos salvajes, pero eso duro tan solo unos pocos segundos, ella tenía unas ganas horribles por follarme. Me empujó y me sentó en el sillón, se me puso de rodillas encima de mí, rozando su coño con la punta de mi polla, me la agarró y se la metió. Empezó a subir y a bajar mientras restregaba su cuerpo con el mío, iba a ser un polvo realmente épico, a la derecha tenía a su amiga, que había empezado a masturbarse otra vez, eran realmente insaciables.
Seguía encima de mí subiendo…bajando… Era una verdadera diosa o al menos, follaba como tal y sus gritos me estaban volviendo loco, iba a correrme si me seguía follando a ese ritmo, necesitaba aguantar más, quería aguantar más, esa tía se merecía que le echase el polvo de su vida. La agarré de la cintura y la senté al lado de su amiga.
La imagen era realmente bestial, una chica morena preciosa abierta de piernas masturbándose mientras me miraba y a su lado, una chica rubia de cuerpo espectacular abierta de piernas esperando que yo actuara.
Actué, puse mi cabeza entre sus piernas y se lo empecé a comer, había una mancha increíblemente grande en el sillón, esta tía era realmente insaciable, pero yo no me iba a cansar de comérselo hasta que me diese por acabar con aquello.
Le empecé a hacer el juego del abecedario, escribiéndole letras en el coño con mi lengua, ella no paraba de gritar mientras agarraba mi cabeza bien fuerte y la apretaba contra ella.
Era momento de entrar en acción, hice que se pusiera de rodillas en el sillón, dándome la espalda, me la agarré con la mano y se la metí, la agarré de las caderas y empecé a empujar, una y otra vez, cada vez que chocaba contra su culo, el sonido que eso producía me la ponía mas y mas dura. Mientras ella, se masturbaba el clítoris al ritmo que yo no paraba de follármela a lo perrito, hasta que… terminé.
Me senté al lado suyo y la miré, “no ha estado nada mal”, me dijo entre risas.

No se puede considerar un trió, no hicieron nada entre ellas pero estuvo increíblemente bien, me hubiese gustado ser menos orgulloso para volver a quedar con aquella chica rubia, ¿tal vez fuera la nueva chica mermelada? Me temo que nunca lo sabremos, los dos somos demasiado orgullosos para hacer ver al otro que folla bien.

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